“Sé libre del peso de la inseguridad”
No
obstante, si estas promesas no nos satisfacen; si necesitamos que la
aprobación de los demás nos dé validez; si las críticas o el rechazo nos
debilitan; si vemos un patrón regular de desobediencia a Cristo, porque
queremos evadir la atención o porque la exigimos; si estamos atrapados
en pecados cotidianos o adictivos que nos permiten aliviar nuestros
temores; entonces nuestra inseguridad nos indica que tenemos un
problema: hemos erigido un ídolo. Tenemos un dios falso que tenemos que
tumbar, un peso por el pecado que es necesario dejar a un lado (Hebreos
12:1).
Evitar pensar en
la inseguridad no nos libera de ella. Dios quiere que la examinemos
aunque temamos hacerlo. Sin embargo, no debemos hacer caso a nuestros
temores, porque no nos dicen la verdad. Si venimos a Cristo con nuestro
pecado y deseando arrepentirnos, Él nos dice:
• No te voy a condenar porque fui condenado por ti (Juan 8:10, 2 Corintios 5:21).
• Ven a mí y te daré descanso (Mateo 11:28).
• Te amaré para siempre y nunca te fallaré (Salmos 103:17).
• Te llenaré de la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:6-7).
• Te voy a hacer más seguro de lo que jamás soñaste (Salmos 27:5; 40:2).
Hay un final para la inseguridad y todas las batallas carnales que ella genera. Terminan en Jesús.
Traigamos todas nuestras inseguridades a Él y cambiémoslas por el yugo ligero de su gracia (Mateo 11:29-30).
Hebreos 12:1Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Puestos los ojos en Jesús
12 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
Juan 8:10Reina-Valera 1960 (RVR1960)
10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Mateo 11:28-30Reina-Valera 1960 (RVR1960)
28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Filipenses 4:6-7Reina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
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