
Día 4. Prepárate para hablar
El
ejemplo es una publicidad poderosa que atrae a muchos a las puertas del
reino, pero no incluye el acceso de entrada. Para entrar, se requiere
el boleto del evangelio de salvación. Tu llamado es tanto vivir una vida
ejemplar como explicar claramente la fórmula bíblica de la salvación.
La
lectura de hoy te instruye a estar presto para hablar del evangelio tan
pronto surja la ocasión. No sabrás hacerlo sin conocer la fórmula de tu
propia salvación; nadie puede explicar a otros lo que él mismo
desconoce. La porción además te llama a dar la explicación con una
actitud que adorne el evangelio. Poco aprovecha presentar un suculento
guiso en un plato sucio. Evita ser de los que ganan tantos argumentos
como pierden almas.
El
día de hoy propón identificarte públicamente con Cristo, estar listo
para explicar el evangelio a los que te rodean, y por fin, dejar de ser
un cristiano anónimo.
Hay
pruebas fastidiosas que anhelamos despojar de nuestra vida. Antes de
pedir a Dios que las remueva, debemos de considerar en qué nos
convertiríamos si Él concede nuestra petición. Pues como Dios hirió a
Jacob para poderlo bendecir, así hay heridas medicinales que llevamos
que nos permiten disfrutar de las bendiciones de Dios con sobriedad.
1 Pedro 3:14-15Reina-Valera Antigua (RVA)
14 Mas también si alguna cosa padecéis por hacer bien, sois bienaventurados. Por tanto, no temáis por el temor de ellos, ni seáis turbados;
15 Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con masedumbre y reverencia á cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros:
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