Día 3. Desarrolla una carga por las almas
En
la porción de hoy, Pablo abre una rendija de su corazón que intimida.
En su palpitar había una gran tristeza y un continuo dolor. No por
pérdidas materiales pasadas, sino por la pérdida futura de las almas de
sus hermanos judíos que persistían en su incredulidad.
Su
cargo era ilógico. Sentía amor por aquellos quienes acostumbraban
corretear para aniquilarlo. Su buena voluntad para con ellos era tal
que, invocando a Dios por testigo, prefería su propia condenación antes
que la perdición de ellos. Para él, el evangelismo no era tarea
esporádica, era el pulso del calvario en su corazón.
Esta
carga ilógica no se da naturalmente, sólo Dios la puede implantar. Ora
hoy a Dios para que te conceda una mayor carga por el bienestar eterno
de las almas que te rodean, que por tu anhelo de vivir en fortuna
terrenal.
Romanos 9:1-3Reina-Valera Antigua (RVA)
9 VERDAD digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo,
2 Que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
3 Porque deseara yo mismo ser apartado de Cristo por mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
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